¡Alerta de spoilers!
Lulu ve hacia el mar desde la calle. Abajo, en la playa, un hombre está tirado, boca abajo. Ella corre hacia él, pensando que está muerto. No sabe cómo reaccionar. Después de moverlo un poco, el hombre se levanta, se llama Charles. “Siempre es bueno saber fingir hacerse el muerto”. Platican, se conocen, ella le revela que el celular la hace sentirse atada, él lo toma y lo lanza al mar. “Listo” le dice, “problema solucionado”. Lulu queda muy sorprendida, reclamándole por su celular, Charles tiene que ir a recuperarlo.
Sólveig Anspach es, para mí, una inspiración. Una mujer que, más allá de complicar una historia o meter muchos simbolismos, siempre buscó la sencillez y la austeridad. Al ver una película como “Lulu femme nue”, instantáneamente nos remitimos a la humildad del cine; menos siempre es más. Las situaciones son humanas y, sin embargo, asombrosas en su desenvolvimiento. Charles es alguien que estuvo en la cárcel, sus hermanos dicen que fue una injusticia del sistema, pero nunca sabemos por qué lo condenaron. Al conocerlo, podemos pensar que fue por una razón noble, independiente de lo que haya hecho (además es lindísimo verlo con una chamarra rosa pastel que combina con las de sus hermanos, quienes son muy inocentes. Como su ropa).
Lulu se fue a buscar trabajo un poco lejos de casa, y cuando va de regreso, pierde el tren a propósito. Está harta de su vida. Harta de su esposo, cansada de los niños. En este lugar donde es una desconocida, se enamora de Charles. Charles se enamora de ella. Viven durante un par de días una relación de amor que es libre; ella no lo juzga por su pasado (el cual no sabe) y él no la juzga por el lugar del que viene (y que desconoce). Su hija la va a buscar acompañada de su tía, hermana de la protagonista y cuando la encuentran, la ven feliz. Cuando ella las ve, se escapa. Deja todo atrás nuevamente para conocer a Marthe, una viejita a la que asalta pero se arrepiente. Se confían sus miedos; Lulu está harta de su familia y Marthe está aterrada de morir sola. A partir de entonces, no se vuelven a separar.
Al final, cuando Lulu regresa, su esposo la golpea y ella finge su muerte, recordando el consejo de Charles. Anspach cierra su película como un círculo; el momento de mayor felicidad para Lulu en años (conocer/enamorarse de Charles) es lo que la salva de morir de verdad. Y al final, puede estar feliz.
¿Cuántas veces hemos visto historias así en Hollywood? Y sin embargo, nada como los personajes entrañables de Sólveig. Pocas veces me siento tan feliz y conmovido, sus películas son alimento para el alma.
¿Dónde la vi? ¡Está gratis en Mubi! Aquí dejo la liga:
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