SPOILERS 🙂
En la rueda de prensa de Cannes tras el estreno mundial de la película, le preguntaron a Quentin Tarantino respecto a qué significaba esta película en su carrera. Dijo que una de las primeras personas en leer el guion fue su primer asistente de dirección, William Paul Clark. El director relata que lo invitó a su casa, le dio el guion y Clark se puso a leerlo. Cuando lo terminó, le dijo “vaya, es como ver tus ocho películas juntas”.
Rick Dalton (Di Caprio) es un personaje construido de principio a fin. No se puede encontrar una sola falla en él. Un actor que, como él mismo dice al principio de la historia “It’s official, old buddy. I’m a ‘has been'” (Es oficial, viejo amigo. Soy historia), pasado de moda. Su mayor logro es haber sido el protagonista de la ya olvidada serie “Bounty Law”. Solo es buscado para hacer de malo es otras series, esa es su opinión de él mismo. No ha tenido un papel protagónico en una película. Le ofrecen hacer Spaghetti Westerns (Westerns filmados en Italia), pero la idea no lo termina de convencer porque piensa que no le ayudará en nada a su carrera artística. Una persona que tiene un gran conflicto interno respecto a lo que es el éxito. Quiere mejorar, quiere ser mejor, pero la decidia o la falta de acción no lo permiten tomar las decisiones correctas. Rick tiene un doble para sus escenas de acción (que es más un doppelgänger), Cliff Booth (Pitt). A diferencia de Rick, Cliff está conforme y feliz con lo que ha resultado ser su vida; un doble de acción (stuntman) que se dedica a ser el “handy-man” de su actor. Le arregla la antena de la tele, le hace los mandados, etc. Dos personajes que en su núcleo se contraponen. Es aquí donde la película brilla por su espectacularidad. Mientras uno está buscando la manera de destacar y de probarse a sí mismo que vale la pena, el otro se siente feliz con lo que tiene. Por fin, después de algún tiempo, llegan a un punto medio en el cual sí se van a Italia y ganan muy buen dinero. Después de este proceso, Rick está listo para dejar ir a Cliff. En un momento, al inicio, Rick se da cuenta que su vecino es Roman Polanski. “Estoy a un saludo de ser el próximo actor protagónico en una de sus cintas” le dice a Cliff. Cosa que al final, de una manera muy “tarantinesca”, logra.
En paralelo con la historia de este par, se encuentra Sharon Tate (Robbie), una mujer que está recién casada y ha actuado en películas de comedia. Una de las primeras secuencias, es verla ir a una tienda de libros y comprar uno para su esposo. Después, entra al cine a verse a sí misma actuar. También comienza a disfrutar cuando la gente ríe gracias a sus chistes en la pantalla. Se siente realizada. El personaje de Tate, más que mostrarnos a una actriz o a una leyenda, nos enseña a una mujer culta. Le gustaba divertirse y vivía de la actuación. No hay más allá; no tiene los conflictos existenciales que sufre Rick o el exceso de conformidad de Cliff: es un ser humano que vive bien tal y como está y claro que tiene sus miedos y sus inseguridades, mas no la consumen.
Durante la misma conferencia de prensa de Cannes, Tarantino fue cuestionado por haber puesto a una actriz del tamaño de Margot Robbie en un papel que tenía tan pocas líneas. Una pregunta, a mí parecer, totalmente fuera de lugar y de contexto. Probablemente lo que le faltó a la periodista (del New York Times, por cierto) fue revisar la filmografía de Quentin y ver que, de sus nueve películas, cuatro tienen a protagonistas mujeres.
No hay que dejar de señalar también que este largometraje es un tributo a una época que muchos cineastas luchan por mantener con vida. La nostalgia de ver la ropa, las tendencias, los restaurantes de esos tiempos sin duda invitan a querer sumergirse toda una vida en los años sesenta.
“Once upon a time in… Hollywood” es, para mí, la mejor película que ha hecho Quentin Tarantino. El exceso de violencia que lo ha caracterizado durante toda su carrera, aquí se siente en la medida y justificación exacta. No es que en las demás no esté bien, todo lo contrario. Pero, sin lugar a dudas, esta es la cinta en la que el director se percibe maduro y en control total de sus personajes y de su historia.
¿Donde la vi? ¡HBO GO!